La elegancia del marrón
Cuando pensamos en el marrón, la mayoría de las veces lo vemos como un color muy oscuro. Todo depende de la manera en como lo apliquemos, y sobre todo de los complementos. En decoración, siempre tenemos que pensar en los complementos, es una parte fundamental del todo.
El marrón, debe ir siempre acompañado de blanco o preferiblemente de blanco roto (color nata). Lo suaviza más que el blanco puro. Y es lo que le va a aportar la luminosidad que precisa.
Evidentemente, una habitación que este pintada en marrón, debe de estar muy bien iluminada o parecerá la caverna de Ali Babá y los 40 ladrones… pero eso sucede con todos los colores fuertes.
Dentro de los marrones, también hemos de diferenciar y elegir entre el marrón chocolate, más fuerte y drástico o un marrón visón, mas suave. Los dos resultan igual de elegantes y podemos utilizarlos tanto para un dormitorio, donde conseguiremos una estancia muy íntima y acogedora, como para un salón, un recibidor, la cocina, o incluso el baño. En habitaciones infantiles queda muy bien combinado con colores vibrantes, como pueden ser el azul intenso o el madreselva.
Colores que combinan muy bien con el marrón son todos los arenas, beige, crudos… para dar armonía. Y como toque de contraste, el madreselva, tan de moda esta temporada, el granate, el rojo y el naranja. Para una decoración más atrevida y moderna, también le va muy bien el verde lima.
Olvídense de los estereotipos… no sólo es apto para decoraciones coloniales y con caretas africanas. El marrón resulta muy elegante y “chic” y si tenemos una buena iluminación, no resulta en absoluto oscuro.